De paseo a la muerte de los hermanos Coen

Si algo caracteriza la obra de los hermanos Coen es que muestran su gusto por el cine. Sus películas generalmente están ancladas a alguna tradición cinematográfica a la que le dan un toque de su estilo: humor negro, referencias visuales y musicales, violencia estilizada, personajes extraños y situaciones insólitas.

Miller’s Crossing es una de sus mejores películas. Presentada como una muy estilizada película de cine negro, narra la compleja relación entre Tom Regan (Gabriel Byrne), su jefe, el mafioso Leo (Albert Finney) y la amante de éste, Verna (Marcia Gay Harden).

La historia se desarrolla en los años 30s durante la época de la prohibición. Dos bandas se disputan el control de la ciudad. Johnny Casparel (Jon Polito), rival de Leo, le pide que mate a Bernie (hermano de Verna), pero este se niega. Esta situación desencadena una serie de acciones que pondrá en evidencia la corrupción policiaca, la lucha de poder entre las bandas y sus conflictos internos.

Curiosamente en este ambiente aparentemente amoral, lo más interesante es la forma en que se muestra la “moral” del mundo criminal, donde la lealtad es lo principal. Esto hace que la trama tenga giros inesperados hasta su sorpresivo final.

Uno de los valores sobresalientes de esta película es su apego a la estética del cine negro, principalmente en la iluminación. Las escenas generalmente son obscuras y algunas veces los personajes están en la penumbra. Esto crea una atmósfera acorde con el tema y la forma en que se construye la trama. Además la historia está inspirada en las obras de Dashiell Hammett, principalmente en The Glass Key y Red Harvest.

Hay que poner atención a una secuencia magistral: el intento de asesinar a Leo. La puesta en escena es una lección de cine. Mediante una cuidadosa edición presenta dos acciones simultáneas, en las que se dosifica la información. El ritmo va aumentando, la canción “Danny Boy” que se escucha en el fonógrafo de Leo contrasta con lo que vemos. Leo se prepara para recibir a sus agresores. Inician los disparos. El ruido de las pistolas es ahogado por el de las ametralladoras. Con tranquilidad Leo repele el ataque, escapa de su casa en llamas y, para finalizar, acaba con los agresores que huyen en un auto.

Como sucede en el cine negro, la moral es relativa, el crimen y el poder político se confunden y la violencia es algo cotidiano. Aunque los Hermanos Coen se apegan a las fórmulas, sus películas siempre tienen un tratamiento original que las hace obras sobresalientes.