Howl, una película sobre Ginsberg y su Aullido
“Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura”. Allen Ginsberg
Estos versos encierran el espíritu de una época.
El inicio de “Aullido” de Allen Ginsberg es el testimonio de una visión del mundo que permeó no sólo a la generación de la posguerra, sino a los nacidos en la segunda mitad del siglo XX. Los hippies, el rock, el pop art, las “road movies”, la cultura de las drogas, tienen un vínculo y una deuda con este poema y el grupo de escritores cercanos a Ginsberg.
Este año se celebran 60 años de la publicación de este poema y ha llegado a mis manos una edición ilustrada por Eric Drooker (Sexto Piso), con quien trabajó Ginsberg el libro “Iluminated Poems”. En la introducción me enteré que el libro surgió de una película del 2010 dirigida por Rob Epstein y Jeffrey Friedman, quienes pusieron al servicio de Drooker a un equipo de animadores que dieron vida a sus dibujos. La película, hasta donde sé, nunca se estrenó en México, pero ahora se puede ver en Netflix.
“Howl” (2015, Dir. Rob Epstein y Jeffrey Friedman) es un filme constituido por cuatro partes que se alternan: una entrevista a Ginsberg (interpretado por James Franco); la recreación del juicio por obscenidad al editor en 1957; una lectura del poema en un local, y su ilustración en dibujos animado.
La película es una inmersión en el sentido profundo de “Aullido”. La entrevista muestra detalles de la vida de Ginsberg: la relación con sus padres, sus escarceos con la locura, sus vínculos con amigos escritores y la vida con sus compañeros sentimentales. Aquí se puede ver a Ginsberg como una persona sensible, con una relación difícil con sus padres y aprendiendo a lidiar con su homosexualidad. El juicio nos enfrenta a la cultura de la época con su moral retorcida, que se empeña en censurar el libro, con un fiscal que se adjudica el derecho a decidir lo que la gente puede leer y lo que no. Los argumentos en contra son descabellados: desde lo innecesario de usar palabras obscenas y su nulo valor estético, hasta la necesidad de proteger a la población de leer un texto infame e inmoral.
La parte dedicada a la lectura del poema es una puesta en escena en la que Ginsberg, interpretado por Franco, lee de forma apasionada su obra ante un público que reacciona con entusiasmo y satisfacción. Esta representación contrasta con los argumentos del juicio, en el que el fiscal quiere erigirse como el protector de la moral de la gente.
Por último, la animación de las ilustraciones de Drooker es una visión alucinante del poema. Los colores, las figuras y la edición vertiginosa, envuelven al espectador en el ritmo y el sentido de “Aullido”. La musicalidad de los versos se traduce representaciones gráficas del jazz, la violencia, el sexo y el ambiente urbano que devora a los miembros de una sociedad volcada al consumo.
Te dejamos el trailer: